jueves, 22 de octubre de 2015

Sayansi y la fotoquímica

En aquel que fue y siempre será mi cole se recogen bolis y demás instrumentos de escritura para colaborar con Sayansi. Culpen a mi madre que, a pesar de lo poco que disfruta con mi vida africana, se apuntó desde el principio a la fiebre recicladora. Poco después de poner la caja en su clase, el padre de una (actually, dos) de sus alumnas le preguntaba cómo era eso de que lo bolis usados servían para ayudar en África. Mi madre le contó mi (locura) historia a aquel padre y unos meses después, aprovechando la Navidad, nos reunimos en la universidad donde trabaja. Hablamos de Uganda, de sus investigaciones, mencioné la tierra roja de estos lares…

Fast forward. La Universidad Jaume I le concedió al padre-profesor un proyecto de colaboración para venir a Ishaka a dar un curso intensivo de fotoquímica. Falló la apretada agenda, pero le permitieron cambiar los gastos de vuelo por material de laboratorio, material que se vino conmigo en la siguiente maleta (enero 2014), y vino llena, llena.

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Hasta que llegó aquella maleta teníamos cuatro vasos de precipitados y poco más. El proyecto de cooperación nos equipó con un número razonable de vasos de precipitados, erlenmeyers, probetas, pipetas de cristal y hasta pececillos magnéticos para agitar las soluciones.

Poco después me asignan mi primer estudiante de grado chispas, un muchacho muy majete, despistado como él solo pero bastante trabajador, que se lanza a la fotoquímica mientras acaba su grado de farmacia. Paul acabó la carrera hace unos meses presentando su proyecto sobra la capacidad fotocatalizadora de los suelos rojos de Ishaka y dando las gracias a la Jaume I y a Sayansi por el apoyo.

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Hoy Warren, el siguiente (des)afortunado al que han colocado bajo mi supervisión, ha comenzado los ensayos para continuar el trabajo de Paul; el pobre ha salido del labo a las 9 de la noche (y yo también, no le iba a dejar solo el primer día).

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Warren, colocando los cables de los aparatos en su cubículo.

Esperemos que los resultados del resto del semestre sean mejores que los de hoy. No es la ciencia una disciplina en la que se empiece triunfando. Hay que probar, probar y probar hasta que algo funciona. Cuando funciona, lo repites tres veces, haces los cálculos estadísticos y a por otra cosa que no funcione; siempre avanzando en el terreno de lo que aún no se sabe.

Además de todos los materiales subvencionados por la Universidad Jaume I, hoy también ha sido muy valiosa la participación de uno de los transformadores-estabilizadores que compró Sayansi. En esta época de lluvia los cortes de luz son frecuentes. Aparte del problema obvio de que cuando no hay luz los aparatos no van, los equipos sufren mucho con los picos de tensión que acompañan a las idas y venidas. Estar tarde, cuando Warren ya tenía el chiringuito montado y los pececillos giraban animados por la acción de los agitadores magnéticos, ha vuelto la corriente general. Con el salto de generador a UMEME los imanes se han puesto a dar vueltas como locos y no había manera de controlar la potencia de la agitación. A saber qué voltaje llevaba esa corriente… Por suerte, teníamos a mano justo lo que nos hacía falta y, tras unos minutos reajustando enchufes y cables, el trabajo ha podido proseguir hasta las ya sabidas nueve de la noche.

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El transformador y el soporte (aislamiento) pagados por Sayansi al que se conecta una regleta en la que se enchufaban esta tarde tres agitadores magnéticos. En la foto se ve el frasco control en el que la mezcla se mantiene en oscuridad para mostrar que sin luz no hay fotocatálisis. Los carteles de Sayansi y Fruit4Science cuelgan de la parte posterior del cubículo para ensayos de fotoquímica cuyo interior se observa en la foto anterior.

Me repito cuando digo que muchas organizaciones de cooperación quieren acabar con el hambre, curar la malaria o detener el SIDA. No hay muchos sitios a los que puedas ir a pedir dinero para comprar transformadores, cables y fusibles. Gracias Sayansitos. Vuestro apoyo no solo hace nuestro trabajo más fácil: lo hace posible.

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CaracolCaracolCaracol ¡GRACIAS! CaracolCaracolCaracol

martes, 28 de abril de 2015

Agua que cae

Miro por la ventana de mi office o despacho y solo veo agua. Apenas se distingue la colina de enfrente que no debe estar a más de quinientos metros. Está cayendo agua con tantas ganas que llena el espacio que normalmente ocuparía el aire; no se ve tres en un burro. La lluvia en estos parajes suena a uralita. Es curioso de cuántas maneras distintas se pueden tomar malas decisiones alrededor de una profesión concreta: los constructores debieron elegir la uralita para hacer los tejados por alguna razón práctica, pero desde luego no tuvieron en cuenta que debajo habría que dar clase a un elevado número de alumnos que, más o menos apelotonados, no conseguirían oír nada a la más mínima llovizna, ni aunque el mejor sistema de sonido fuese instalado en las clases – que no es el caso.

Me imagino cómo va a estar la calle que lleva a mi casa y no me hace ninguna gracia que, después de la que nos cayó ayer, esté cayendo con el mismo gusto. Pronto vamos a tener que coger una tirolina para pasar al otro lado del valle, o calzarnos crampones para subir y esquís para bajar. La arcilla hace un barro muy traidor para el peatón, y el coche es mejor dejarlo aparcado en casa que encallado en la vereda.

La tormenta de hoy, como la de ayer, viene con truenos, relámpagos y rayos que hacen pensar en toda esa gente que se ha machacado los sesos durante décadas para aprovechar la energía de las tormentas ¿A qué espera alguno para pasarse por aquí? Algún día alguien abrirá una escuela de ingeniería en condiciones en estas tierras y los lugareños empezarán a resolver sus propios problemas sin depender de ayudas internacionales… pero, de momento, aquí estamos todos a verlas (las gotas) caer y llevarse el suelo fértil al Lago Victoria.

Al ritmo que llevan talando árboles para incrementar el área plantada ¡de bananeros nada menos! dentro de nada quedará poco o dentro de poco no quedará nada. Cualquier calle, cruce o back yard es una clase práctica del poder erosivo del agua y, en zonas de orografía ondulada, se ven los deslizamientos de terreno en los que ya no se plantará nada.

Ya oigo a alguno con el ya salió la ecologista. Pues not really. Aquí ecologismo se puede practicar muy poco y me conformaría con que se usara un poquico el sentido común. Nos caen las que nos caen pero estos días en casa no hay agua porque a los de la compañía de aguas les da por cortar para reparar y a los constructores no se les ocurrió poner unas canaleras que llevaran la escorrentía a un depósito; ni se les ocurrió dividir la entrada del agua y llevarla a la vez a las primeras casas y a las últimas, así que a los del final no nos llega ni a gotas. A algún ecologista se le ha ocurrido decir que ya no se dan más bolsas de plástico gratis en este país; ahora las dan de papel y el pan, los bollos o lo que sea está blando al día siguiente porque en un lugar en el que no hay electricidad constante, el 99% de la población no tiene nevera, y casi los mismos no se pueden permitir ni una triste fiambrera de plástico, la bolsita de plástico era lo único que mantenía los víveres algo aislados de la oxidación y el secado ambiental. El caso contra la bolsa de papel ya lo elaboró Leyla Acaroglu así que os pego el final de su TedTalk y lo dejo:

If you just had paper or plastic -- obviously reusable is far more beneficial -- then the paper is worse, and the paper is worse because it weighs four to 10 times more than the plastic, and when we actually compare, from a life cycle perspective, a kilo of plastic and a kilo of paper, the paper is far better, but the functionality of a plastic or a paper bag to carry your groceries home is not done with a kilo of each material. It's done with a very small amount of plastic and quite a lot more paper. Because functionality defines environmental impact

(En resumen, con la de papel que hay que meterle a una bolsa para que sirva como bolsa, acaba siendo más perjudicial que una bolsita de plástico; alternativas hay que buscar, pero no hay que liarla más gorda de lo que ya es)

Decía que no es ecologismo, si no sentido común y de la justicia social, que si se destroza el terreno disponible para cultivar comida y encima todo lo que se cría son plátanos, no vamos a llegar a ninguna parte any time soon.

Me he liado y he perdido la inspiración Triste así que os dejo un video de hace ya bastante tiempo en el que trataba de recoger el sonido uralita que os comentaba. No es mi office si no mi casa. Besos CaracolCaracolCaracolCaracol

martes, 21 de abril de 2015

Mucho tiempo después

Hace ya mucho tiempo que no escribo. En verdad (como se dice en Castellón) hace mucho tiempo de muchas cosas. En estos últimos días meses me han caído 36 añitos y dos unas cuantas jaquecas, y el tiempo sigue volando sin piedad de quienes, como la que escribe, se mueven mejor a velocidad caracol, lento pero constante, a paso de caminante no hay camino se hace camino al andar.

Ya hace más de tres años que pisé esta tierra por primera vez y casi tres que me mudé aquí. Aunque suene estúpido entenderéis que ya no sienta mi vida en Uganda como una aventura ni nada fuera de lo normal. Son tres años lavando la ropa a mano, despertándome a un no saber si habrá luz o no, saliendo a una calle de barro, viendo vacas desde la ventana y oyendo a las aves del lugar aterrizar en mi tejado con muy poca delicadeza.

Así las cosas, escribo poco, hago pocas fotos y, en general, hago muy poco de turista en una tierra en la que jamás dejaré de serlo. No es que me importe demasiado; el no pertenecer me permite el lujo de ser crítica con la manera de hacer sin sentir el juicio en mis propias carnes. Eso aún me duele de las barbaridades que leo de nuestras España querida; sin participar en la acción es como si parte de la culpa fuera mía. No sé qué pasa pero esto es como decían los cómicos en el anuncio de Campofrío: una se va, pero no se hace.

Escribo poco, como decía, y si lo hago es por trabajo y, por tanto, en inglés. Hace unas semanas escribí una parrafada para una solicitud que más que para organizar una conferencia parecía para un anuncio de la agencia de turismo. Os dejo aquí un par de párrafos y, ya que está en inglés, quien quiera leer el resto que visite Snailer, que el pobre blog lleva muerto ya demasiado tiempo.

Kampala is the heart of Uganda. Everything that happens in Uganda, at some point, touches Kampala. A visit to Old Kampala makes for a perfect test for the tourist’ appetites: if one can take the overpopulated streets, the crowded shops, the chaotic old taxi park, the still traffic jam that disappears when the traffic officers release their block at the neighbouring round about, then one can say that is ready to see the real Uganda.

Initially built on seven hills, the now-more-than-seven hills that Kampala covers make it hard to move around on foot, but gives the opportunity to enjoy tremendous views from places like the Catholic cathedral or the upper roads of Makindye. Tourists can get a more relaxed shopping experience at the Garden City and Oasis malls after a less hectic walk through the hill of Nakasero, land of government buildings and big hotels.

Sigue en snailer

Por cierto, la solicitud fue evaluada muy positivamente y Kampala será la próxima sede para la conferencia de la Sociedad de Neurocientíficos de África, y mi jefe, que ya no es mi jefe directo y a penas lo veo pero será siempre mi jefe de KIU, es el nuevo presidente de la sociedad. Aunque sea poco, algo hemos hecho bien.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Pa’qué estudiar…

Llevo mucho tiempo sin dar noticias. No traigo nuevos relatos pero ya que escribí una parrafadilla para que mi prima la compartiera con el mundo estudiantil, os lo voy a dejar aquí, por si a alguien le induce a pensar, o a no volver a hacerlo nuncaSonrisa.

A algunos os habrán contado que, con esto de la crisis, los primeros que se quedaron sin trabajo fueron los que ocupaban puestos “poco cualificados”; vamos, los peones de obra, los mozos de almacén, los operarios de fábricas... y eso es verdad. La tasa de destrucción de empleo, que viene a ser la diferencia entre cuánta gente echan a la calle y cuánta contratan, ha sido mayor entre esos grupos de trabajadores. En cambio, los puestos que requieren mayor formación han aguantado mejor el batacazo general que se ha pegado España.

A mí, sin embargo, me parece que esa razón se queda pequeña al lado de la que me lleva a mí a estar donde estoy: a mí me gusta mi trabajo. Sonará freaky, pero hay días que me lo paso realmente bien. Trabajando. Sí. Con suerte os vais a pasar un tercio de vuestra vida adulta trabajando. No sé vosotros pero, yo, no puedo pasarme un tercio de mi vida haciendo algo que odio, ni siquiera algo que no me gusta. Mi trabajo tiene sentido para mí. Ya, que para muchos otros no tiene ni pies ni cabeza, aceptado, pero yo tengo la suerte de que mi formación me permite elegir lo que hago en cada momento y, en este momento, lo que para mí tiene sentido es esto y esto elijo.

Yo de pequeña lo pasaba fatal en las clases de inglés. No entendía nada y mucho menos entendía por qué teníamos que estudiar inglés cuando nuestros vecinos hablaban portugués o francés, y el único país con el que soñaba era Italia. Por suerte en el instituto se me dio mejor y pasé con buena nota pero, realmente, a hablar inglés no aprendí hasta que me fui a Florida con mis 26 años cumplidos. Ahora trabajo y vivo en inglés, y mi mente salta de una a otra lengua sin mucha dificultad. Me encanta viajar y el inglés me ha permitido moverme sin problemas de Singapur a Estados Unidos, de Grecia a Austria, de Inglaterra a Uganda. Allí por dónde he pasado he conocido gente encantadora de la que he aprendido tanto como el tiempo que teníamos nos permitió. Ahora disfruto viendo pelis en versión original sin perderme la infinidad de matices que el acento de los personajes y el sonido ambiente aportan a la escena, y leo noticias de la BBC, Aljazeera, The Guardian o The New York Times, que me permiten ver con ojos distintos las mismas situaciones que nos cuentan en España los de siempre. La música nunca ha sido mi fuerte y de las letras no me entero ni en castellano, pero puedo leer a cualquiera de los innumerables escritores angloparlantes sin esperar a que alguna editorial destroce su prosa en la traducción y, lo que más me gusta, puedo ver todas las charlas de TEDTalks en inglés. Todo un mundo de sabiduría y curiosidades imposible de agotar. El castellano será siempre mi lengua materna y hay cosas que siempre sonarán mejor en nuestro románico idioma, pero me alegro de haber superado la barrera del inglés.

Cuando iba al colegio mis compañeras se llamaban Carmen, Raquel, Ana y tenían apellidos como García, Rodríguez, Pérez... Ahora mis compañeros y estudiantes se llaman Ahmed, Mulkah, Jega, y tienen apellidos inicialmente impronunciables como Rwomswana, Barigye o Byarugaba. Vivir en Ishaka me ha permitido descubrir un África verde que nunca había observado en los documentales de la tele o las campañas de ninguna ONG. Mis estudiantes y compañeros son musulmanes, adventistas, católicos, evangelistas... y cuando una reunión se abre o se cierra con una oración, y nadie tiene problemas porque otros estén rezándole a otro dios. Los viernes vamos todos de domingo sea por ser musulmanes, nigerianos, o por ir a juego con el resto. Aquí trabajamos juntos gentes de Uganda, Kenia, Nigeria, Paquistán, Cuba... Yo sigo volviendo a casa por Navidad y echo de menos bastantes cosas y a algunas personas, pero creo que viajar, ver mundo, y sobre todo trabajar en otros países me ha abierto los ojos a una escena global difícil de abarcar desde mi ciudad natal.

Sí, soy un tanto rollera, es peligroso pedirme opinión sobre algo que me interesa. Todo este palabrerío viene a decir que, uno, el inglés ha resultado ser no solo muy importante si no también muy útil, y me ha abierto las puertas a trabajar en lugares y con personas muy interesantes y a hacer amigos y amigas para toda la vida en lugares que jamás imaginé que podría siquiera visitar; dos, viajar me ha concedido el honor de observar osos polares, gorilas y muchos otros animales en sus gloriosos paisajes naturales, pero también conocer a gentes de otras culturas y entender un poquito mejor, aunque lejos de un mínimo bien, por qué el mundo es como es y va como va; y tres, estudiar me ha dado el grandísimo privilegio de poder elegir. Tengas la edad que tengas te va a parecer pronto pero, ¿tú qué eliges?

Marta Vicente Crespo, PhD, Director of the Institute of Biomedical Research 12 Marzo 2014, Ishaka

Son las doce y media de la noche y, aparte de una hora y media para comer a unas horas más españolas que ugandesas y diez minutos para encontrar el archivo donde tenía escrito esto, pegarlo y arreglar dos o tres gazapos, llevo trabajando desde las 9 en punto de la mañana. Porque me gusta mi trabajo…

jueves, 23 de enero de 2014

A la aventura

#alaaventuraynomás cafés con la colla del parchís

#alaaventuraynomás pasar y llamar y charrar

#alaaventuraynomás acompañar a mamá al cole

#alaaventuraynomás llevarle la contraria a mi padre

#alaaventuraynomás quedar para cenar, para tomar algo, para comer…

#alaaventuraynomás aceras, nifarolas, ni señales, ni semáforos, ni pasos de cebra…

#alaaventuraynomás paseos tranquilos, por el centro o por las afueras

#alaaventuraynomás sitios de siempre, aún abiertos o ya cerrados

#alaaventuraynomás zumo de naranja

#alaaventuraynomás coca de tomate

#alaaventuraynomás queso de cabra, manchego, fresco, de oveja… #alaaventuraynomás ensalada

#alaaventuraynomás presión de agua caliente en la ducha

#alaaventuraynomás lavadora

Se alargó por diversos motivos pero ya se acabó. Vuelta al avión y de regreso al curro, eso que alguna iluminada llamó aventura y que yo vengo diciendo que es mi sitio ahora mismo. Pero en eso ya entraremos otro día…

Ya estoy en Ishaka. Ya estoy de vuelta en el IBR. Me he venido para casa porque se estaba montando una tormenta de las buenas pero parece que solo va a ser ruido y luces. Estamos en la temporada seca. Todo está seco, muy seco, y mi coche cubierto de tierra. Mi casa estaba llena de polvo pero más o menos lo solucioné al llegar anoche. Dicen que hace frío. Yo voy en manga corta a todos lados; me asfixio si me pongo la camisa pero aún así lo hago si camino; no quiero volver a quemarme. En el despacho sigue haciendo falta esa camisa tras un rato de estar sentada; no sé qué tienen estas construcciones pero el calor no entra. Cuando he metido la llave en el cerrojo de casa se ha ido la luz. Ha vuelto, ido y vuelto un par de veces desde que he llegado. Ya he estrenado mi nueva lamparita-clip. En mi nevera solo hay chocolate (de varias clases gracias a mamá noel) y jamón serrano (gracias a papá). Habrá que racionarlo. No voy a meter mucho más esta semana. Ya es miércoles noche y el viernes no habrá luz; ni el sábado, ni el domingo…

Los treintaymuchos kilos de material para el laboratorio (de donaciones y compras gracias a un proyecto de cooperación con la Universidad Jaume I) han llegado sanos y salvos. TODO. No me lo puedo creer… La mermelada también. Por no decir que llegó todo en perfecto estado, la barra grande de chocolate se partió y creo que un sobre de Almax escurrió (no he encontrado el pinchazo, pero la caja estaba chipiadica, como mi family el sábado por la noche en Madrid). La maleta ha perdido una rueda, eso sí. Demasiado tute. Sorry, Silvia, me temo que no da para más.

Ya estoy de vuelta y, como habéis podido comprobar quienes me habéis visto, ya no sé ni qué contar. De momento el 2014 no ha traído más inspiración de la que caracterizó al 2013 así que os voy a dejar y me voy a poner a ver una peli.

No todo va a ser malo

#alaaventuraynomás invierno

#alaaventuraynomás ser extranjera en mi propia tierra

PD1: Hoy una estudiante me ha pedido hacerse una foto conmigo ¡Mzungu ha vuelto!

PD2: La mermelada de ciruela Claudia que hicieron mis padres este verano está riquísima ¡Impresionante!

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